
sted ha notado molestias o incomodidad durante la digestión después de consumir productos lácteos. Estos síntomas pueden ser una señal de que padeces intolerancia a la lactosa. Sin embargo, antes de someterse a pruebas médicas, es importante saber qué es la intolerancia a la lactosa. ¿Puede aparecer en la edad adulta o incluso de la noche a la mañana? Aquí tienes algunas respuestas para orientarte.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del organismo para digerir la lactosa, el hidrato de carbono de la leche. Esto se debe a que el organismo no produce suficiente lactasa, una enzima presente en todos los mamíferos que convierte la lactosa en azúcar simple.
La leche contiene azúcar, un azúcar llamado "complejo" que nuestro organismo debe descomponer en dos azúcares simples: glucosa y galactosa. Para transformar la leche en estos dos azúcares simples, debe intervenir la lactasa. Sin ella, la leche no se descompone y resulta difícil de digerir.
Científicamente, la intolerancia a la lactosa se denomina "alactasia". Es posible tener alactasia parcial, es decir, que el cuerpo aún produzca algo de lactasa, o alactasia total, es decir, que el cuerpo no produzca lactasa en absoluto.
¿Cuáles son los síntomas de la intolerancia a la lactosa?
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden variar de una persona a otra, pero también según el grado de intolerancia. Como puedes ver, algunas personas siguen produciendo lactasa, mientras que otras ya no la producen en absoluto.
En general, los síntomas son los siguientes: borborigmos, dolor abdominal, distensión abdominal, flatulencia, diarrea, pero también en algunos casos náuseas y vómitos, o más raramente migrañas y estreñimiento.
Los trastornos pueden aparecer entre 15 minutos y 4 horas después de ingerir lactosa. Algunas personas pueden experimentar síntomas hasta 24 horas después de consumir productos lácteos que contienen lactosa.
¿Por qué los bebés no tienen intolerancia a la lactosa?
En los mamíferos, la lactasa se produce en el intestino delgado. Durante las primeras semanas de nuestra vida, la actividad de la lactasa es máxima. Sin embargo, a medida que crecemos, la actividad de la lactasa disminuye gradualmente. Después de la adolescencia, se considera que la lactasa puede alcanzar un nivel residual de entre 5 y 10%.
Cabe señalar que la intolerancia a la lactosa puede existir en lactantes de hasta 3 meses de edad, es decir, hasta que el aparato digestivo esté maduro.
Entonces, ¿por qué algunas personas no tienen intolerancia a la lactosa?
Volvamos a los orígenes de la intolerancia a la lactosa. Como acabamos de explicar, ya en nuestros antepasados prehistóricos, el gen de la lactasa se activaba en el momento del nacimiento y desaparecía en el momento del destete. Así que cuando crecemos y ya no necesitamos la leche de nuestra madre, todos nos volvemos naturalmente intolerantes a la lactosa.
Sin embargo, un pueblo cambió todo eso. En el Cáucaso, hace 10.000 años, un pueblo empezó a reproducirse y a consumir leche con regularidad. El cuerpo de estas personas se adaptó y produjo de forma natural más lactasa, incluso en la edad adulta. Simplemente, ¡el cuerpo se adaptó a una nueva forma de vida! Esta adaptación se transmitió a las generaciones posteriores y los habitantes de estas regiones se volvieron (hasta cierto punto) tolerantes a la lactosa.
Sin embargo, esta tolerancia sigue siendo marginal en el mundo. La intolerancia a la lactosa sigue siendo la norma.
¿Se puede desarrollar intolerancia a la lactosa en la edad adulta?
Sí, es incluso natural y normal. En todo el mundo hay 75% de personas con intolerancia a la lactosa. En Europa, las cifras son más bajas, con 40% de personas con intolerancia moderada. En Francia, 5 millones de personas experimentan síntomas de intolerancia a diario.
También hay que tener en cuenta que la intolerancia a la lactosa suele ser hereditaria. Si tus padres son intolerantes a la lactosa, existe la posibilidad de que tu organismo deje de producir suficiente lactasa a medida que te hagas mayor.
¿Cómo se desarrolla la intolerancia a la lactosa? ¿Puede uno volverse intolerante de la noche a la mañana?
La probabilidad de desarrollar intolerancia a la lactosa a una edad temprana es baja. Sin embargo, la intolerancia a la lactosa aumenta con el tiempo. Este proceso varía de una persona a otra, desde nacer con deficiencia de lactasa hasta desarrollar la intolerancia mucho más tarde, en la edad adulta.
Además, los síntomas de la intolerancia varían mucho según la época de la vida y la edad. Además, algunas personas pueden experimentar síntomas tras consumir grandes cantidades de productos lácteos, mientras que a otras les molestan incluso tras consumir pequeñas cantidades.
Hay tres posibles explicaciones para el desarrollo de la intolerancia a la lactosa: el envejecimiento, factores genéticos o enfermedades gastrointestinales. La mayoría de las veces se trata simplemente de los genes, unido al hecho de que a medida que envejecemos producimos menos lactasa de forma natural.
Hay que tener en cuenta que en las regiones donde se consumen menos productos lácteos, los individuos tienen más probabilidades de ser intolerantes a la lactosa. En todo el mundo, se considera que los asiáticos, los africanos y los españoles son las poblaciones más afectadas por la intolerancia a la lactosa. La leche no forma parte de sus hábitos alimentarios.
¿Cómo sabes si eres intolerante a la lactosa?
Hay varias pruebas que puedes hacer para saber si eres intolerante a la lactosa:
- la prueba de desahucio
- la prueba del aliento
- pruebas genéticas
Te recomendamos que primero realices una prueba de desalojo y luego, si el resultado es positivo, te hagas otra prueba prescrita por tu médico o gastroenterólogo. Tenga en cuenta que no es probable que ningún TAC o resonancia magnética muestre intolerancia a la lactosa.
¿Se puede curar la intolerancia a la lactosa?
La intolerancia a la lactosa no es una enfermedad y no existe cura para (volver a) ser tolerante a la lactosa. La única forma de librarse de los síntomas es dejar de consumir lactosa o ayudar al organismo a digerir este azúcar complejo. Para ello, existen complementos alimenticios a base de la enzima lactasa que se pueden tomar antes de consumir lactosa, así como probióticos específicos que se toman a diario para poder comer con normalidad y facilitar las comidas fuera de casa.
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